ARCHIPIÉLAGO
Elisa Juri

a Catalina




Lo que tiene de bueno la palabra origen
es que al emplearla podemos ser imprecisos
e ignorar
de qué carajos estamos hablando.
Pizco: Chile y Perú.
Arepas: Venezuela y Colombia.
Resumen
de preguntas antropológicas, guerras, tierras usurpadas.
Discursos
reciclados por museos, gobiernos y humanistas.

Latinidad: ejercicio puesto en práctica únicamente luego de haber cruzado el charco.
Latinidad: concepto borroso entre la multitud de capas que me hacen y todo lo que aquel que no soy me dice ser.
Latinidad: pregunta acerca del pigmento de mi piel, relativizada por el contexto que me observa o cómo recuerda mi melanina el sol.

Tengo un problema grande, no me cabe en el cuerpo –
Tengo un disco de Mercedes Sosa que me deja boba, pensando en el Infinito.
Tengo café del Perú, que no me hace pensar en Lima la plateada pero sí en el Guacamayo, porque lo imprimieron sobre el empaque.
Mi padre dice que solo leo a latinos.
Vuelvo, son mis prácticas de viaje.

Igual que el río ancho y marrón que atraviesa esta ciudad, cargando partículas de mar, mares qué tan lejanos; si soy un islote conectado a otros islotes y viajamos juntes, entrecruzados por un sistema sofisticado de raíces fibrosas y móviles, entonces qué es ese mar. cuáles esos mares, porqué no traen más, más que solo ecos o preguntas sobre la disolución y lo que se es luego de.

Y dónde queda el espacio para morir. Porque si soy honesta
se llama morir –ese ir y venir– forzado o elegido.
No tengo ninguna necesidad de ferias latinas,
Pero sí necesito cuestionar esta adquirida latinidad
como quién me la dio o si viene junto con ese pasaje sin retorno.
La contruí yo, accidentadamente –entre vacíos y huecos– de algo que se me
escapa cuando me preguntan si extraño mi casa
o me la dió la masa invisible de esa mutua otredad
y yo la consumí como una droga que al mirarla siento que me hará bien.

Tengo un amigo que aprendió a bailar salsa no en Cali sino en Europa, se lo pedían
tanto.
Tengo un amigo que mezcló sonidos folclóricos de todo el mundo, hasta que se le borroneó la línea formal de lo que compone cada pueblo.
Tengo una amiga que lleva ya dos años, debatiendo y procrastinando su nueva nacionalidad, todo porque implica renunciar a su papel de identidad.
Tengo una amiga que se retuerce por las noches en su cama, porque los paramilitares llevan ya más muertos que la dictadura de Pinochet, y porque eso todavía no es headline del Washington Post.
Yo sé que es verano y vinimos a divertirnos. Pero tan solo no lo hagamos en nombre de algo tan abstracto como lo Latino.

Ahora (para terminar) una lista de palabras de cosas que se pueden tocar:
Tren, lago, Uribe, palo, puente, cárcel,
celu, hojas, cortinas, charcos,
culo, pierna, pechos, piel, tatuaje,
bala, lapiceras, helicóptero, tablero eléctrico,
calle, cordón, alambrado, cable, moto, auto, bici, paco, merca, faso,
pesos, dólares, crema, bus, mango, lluvia, viento, aire, falo, vulva, pelo, carne,
hormonas –no,
cualquier país –no,
manos –sí, uña, codo, tierra, lengua, hielo,
saber –no,
mercosur –no,
literatura –no,
latine –no,
subjetividad –tampoco.





















©ElisaJuri2025